Antes de nada, es necesario hacer una aclaración y diferenciar entre copy y copywriter: el copy es el fruto del trabajo del copywriter (que es el que hace los copies). De este modo se crea una situación similar a la de la paella (que es contenido y continente).
Bromas a un lado: un copy es cualquier texto vinculado a una acción de marketing. Un copy es un claim, es un texto de Instagram, un guion, una locución, un slogan. El copy debe adaptarse al tono de la marca.
Un copy bien hecho no es una frase cualquiera. Es un texto creativo y pensado para encajar con la marca a la que acompaña. Hay copies ingeniosos, graciosos, serios, rotundos… pero lo que todos tienen en común es que entran dentro de la personalidad de su marca.
¿Esto que quiere decir? Pues que las marcas y los copies funcionan como las personas. Por ejemplo, imagina que tú nunca hablarías de determinada forma, por ejemplo, bromeando todo el rato incluso de temas muy serios o incluso graves. No va con tu personalidad y por eso tú «eso nunca lo dirías». Pues de la misma forma, las marcas nunca se expresarían de determinada forma.
¿A que la manera de vender ropa no es igual para Mango que para Desigual? Una es más formal y la otra más desenfadada, incluso un poco retadora. Los copies de cada marca también serán diferentes. Por eso el copy está muy ligado al branding de la marca.