SEM es el acrónimo de Search Engine Marketing, que podría ser traducido como Marketing en Motores de Búsqueda, pero quedaba mejor llamarlo SEM que MMB ¿verdad? O por lo menos, mola más. Se trata de las acciones de pago llevadas a cabo por marketers con el fin de promocionar un sitio web en un buscador. Es decir, conseguir con acciones pagadas que cuando alguien busque determinados términos en un buscador nos encuentre a nosotros. El SEM es una de las técnicas de marketing digital más demandadas, en parte por los buenos resultados que una buena inversión aporta.
Las acciones SEM se desarrollan en un espacio que proporcionan los mismos buscadores donde aportan herramientas que permiten gestionar todas las campañas con diferentes formatos publicitarios. La plataforma de Google, por ejemplo, es Google AdWords; la de Bing es Bing Ads y la de Yahoo! es Yahoo! advertising, aunque ahora Yahoo está dentro de la plataforma Verizon Media, más enfocada a la publicidad nativa, pero bueno, que puedes seguir «comprando» espacios en Yahoo. Todas estas plataformas ofrecen servicios como búsqueda de palabras clave, creación de anuncios y gestión de pujas. Hay que pensar que es como si vendieran carteles en las calles o anuncios en los periódicos pero en el mundo online.
De este modo, tú pujas por una palabra, y en función de cuánto ofrezcas y la cantidad de «marcas» pujando por la misma palabra, el buscador te posiciona en los primeros resultados y cuando alguien clica, tienes que pagar al buscador la cuantía previamente acordada.
El SEM, cuando está bien hecho y optimizado te permite, gracias al uso de palabras clave muy precisas, llegar a un público motivado y cualificado. No obstante, si pretendes incursionar en un sector copado por la competencia, te va a tocar soltar mucho dinero. La pujar por palabras clave es cara. Por ejemplo: no cuesta lo mismo la keyword “alimentar palomas en Honolulu” que igual lo busca poca gente, que “donde cenar en Madrid”.